top of page
Buscar

Gratitud: sanar una herida kármica para cultivar el amor propio

Hola a todos,


Hoy quiero abordar un tema que nos preocupa a todos en mayor o menor medida: el reconocimiento.


Aunque se discute a menudo en el mundo profesional, sus ramificaciones se extienden mucho más allá y afectan a nuestras relaciones familiares y personales, e incluso a nuestra propia relación con nosotros mismos.

Esta necesidad, profundamente arraigada en cada uno de nosotros, a veces esconde una herida kármica que necesita ser comprendida y sanada.


Reconocimiento en el trabajo: trabajar para ser amado


En nuestra sociedad, el reconocimiento profesional es muchas veces un objetivo inconsciente. Trabajamos para ganar el reconocimiento de nuestros superiores, bonificaciones o simplemente una mirada o palabras positivas. Detrás de esto, a menudo hay una búsqueda inconsciente: ser amado.


Esta dinámica puede parecer inofensiva, pero a menudo causa un profundo sufrimiento. ¿Cuántos de nosotros nos hemos sentido invisibles a pesar de nuestros esfuerzos? ¿Cuántos se han sentido heridos al ver a un colega recompensado por tanto esfuerzo? Esta búsqueda de validación externa puede convertirse en un ciclo agotador, donde siempre damos más, a veces en detrimento de nosotros mismos, sin sentirnos nunca plenamente reconocidos.


En el trabajo, este patrón puede provocar desequilibrios:

  • Horas extras no remuneradas, a menudo aceptadas con la esperanza de obtener reconocimiento en el futuro.

  • Frustración por bonificaciones o promociones perdidas.

  • Un desajuste entre nuestros esfuerzos y lo que el negocio realmente espera.

Estas brechas alimentan un sentimiento de injusticia y acentúan la herida del reconocimiento, especialmente cuando nuestro valor humano se asocia sólo a resultados financieros o evaluaciones jerárquicas.


Reconocimiento familiar: hacer para ser amado


Pero esta búsqueda no se detiene en el trabajo. A menudo tiene sus raíces en nuestras relaciones familiares. Haz lo que puedas para agradar, ayuda a ser valorado, esfuérzate al máximo para ganar la aprobación de los demás.

Estas conductas, aunque inconscientes, se establecen desde la infancia.

Quizás eras ese niño que buscaba un cumplido o una mirada de aprobación de un padre, de un maestro.

Quizás creciste creyendo que tenías que ganarte el amor siendo perfecto o cumpliendo las expectativas de otras personas.

Estos patrones inconscientes están profundamente arraigados en nosotros y dan forma a nuestro comportamiento adulto.


En nuestras relaciones familiares, esto a menudo se traduce en:

  • Complacer a los demás a toda costa.

  • Dejar de lado las propias necesidades para satisfacer las de aquellos cercanos.

  • Buscando llenar un vacío emocional a través de acciones o sacrificios.

Y, sin embargo, esta dinámica se basa en un malentendido kármico. El reconocimiento no debe venir de los demás. Comienza dentro de nosotros.


Un karma de reconocimiento para sanar


Esta herida de reconocimiento es a menudo un reflejo del karma. No se trata de una cuestión de culpa o responsabilidad de los demás, sino de un legado energético que llevamos y que se manifiesta a través de nuestras relaciones y experiencias. Este karma, muchas veces heredado de vidas pasadas y reactivado en nuestra infancia, pone de relieve un desequilibrio interior: el hecho de buscar una validación externa que no nos ofrecemos a nosotros mismos.


Reconocer esta herida es el primer paso para sanarla. Se trata de comprender que:

  • El medio ambiente no es responsable de esta falta de reconocimiento.

  • La clave está dentro de nosotros: en nuestra capacidad de reconocernos y valorarnos.


Reconocimiento interior: reconectarse con la propia autenticidad


La verdadera curación de este karma llega a través de la reconexión con uno mismo. Esto implica aprender a valorar los propios conocimientos y habilidades sin esperar la aprobación externa.


Para los emprendedores o creadores de negocios, este reconocimiento interno es esencial. Si no estamos alineados con nuestro negocio principal, si no reconocemos nuestro propio valor, se vuelve difícil que otros (clientes, socios, colegas) nos reconozcan a su vez.

Es esta brecha entre nuestra verdadera esencia y la imagen que proyectamos lo que puede llevarnos al fracaso o a una falta de conexión con nuestra audiencia.


Reconocimiento: Un camino hacia el equilibrio y la libertad


Soltar esta herida de reconocimiento significa darse permiso de vivir plenamente, sin intentar agradar a toda costa. Es aprender a verte como eres, a amarte por lo que aportas al mundo, sin esperar la validación externa.


Cuando sanamos esta herida, transformamos nuestra relación con el trabajo, con la familia y con nosotros mismos. Encontramos un equilibrio profundo y una libertad de ser que nos permite avanzar en paz y autenticidad.


Y tú, ¿sientes que este karma de reconocimiento influye en tu vida?


Si es así, debes saber que no estás solo. Esta lesión es común, pero puede transformarse.

Estoy aquí para apoyarte en este proceso, para ayudarte a reconectarte con tu esencia y liberar este peso kármico.


Con gratitud,


Angélique Chapuis



Una figura de pie frente a un espejo en forma de corazón, contemplando su propio reflejo irradiando luz. El símbolo del corazón brilla en su pecho, representando el reconocimiento interior y el amor propio.

Comentarios


Angélique CHAPUIS - CASERO
Teléfono de contacto: 520 064 437 00053
Teléfono: +33658156067
Correo electrónico: angelique@caseor.com
© 2019 Todos los derechos reservados

bottom of page