Hola a todos !
Quiero hablaros sobre los gemelos kármicos. Abordaré este tema a través de mi propia percepción, mi verdad y la forma en que la percibo a través de recuerdos y planos de conciencia.
Una conexión inconsciente
Cuando me conecto con los recuerdos, siempre empiezo contigo. Somos vibraciones, emociones, un inconsciente. A través de la ley de atracción y la ley de resonancia, nuestro entorno se moldea a nuestro alrededor como si fueran imanes. Vamos hacia las cosas y los acontecimientos que nos corresponden, y viceversa, ellos vienen a nosotros. Este mecanismo guía nuestras elecciones, nuestras acciones y nuestros encuentros, a menudo de manera inconsciente.
El principio del gemelo kármico
Para mí, el gemelo kármico representa una búsqueda inconsciente de personas que resuenen con nuestro propio inconsciente o con lo que ya sabemos. Desde la infancia aprendemos a amar a nuestros padres, a nuestros hermanos y hermanas, a nuestros seres queridos. Este aprendizaje del amor, que llamo amor condicionado, se adquiere como aprender a hablar o a usar cubiertos. Más tarde, inconscientemente buscamos personas que sean similares a nosotros en nuestro interior o que nos recuerden a nuestras figuras familiares.
El espejo de nuestro inconsciente
Nuestros encuentros no son fruto del azar: son nuestras mentes inconscientes las que se encuentran primero. Imagínate frente a un espejo: ves tu reflejo, tu lado consciente, pero no puedes ver tu espalda, que representa tu inconsciente. Para esto necesitarías otro espejo o alguien que te muestre esa parte oculta. El gemelo kármico desempeña este papel: nos revela partes de nosotros mismos que no percibimos conscientemente.
Incluso en ausencia de ciertas figuras familiares, nuestra alma busca orientación a través del karma, esa “caja del pasado” que preserva nuestras experiencias, incluidas las de vidas anteriores. De esta manera atraemos almas que resuenan con lo que buscamos inconscientemente.
Una relación espejo
Conocer a un gemelo kármico suele ser una experiencia visceral, intensa y emocional. Estas relaciones suelen ser complejas, pues despiertan heridas y dudas profundamente enterradas. En un espejo, nos confrontan con aspectos de nosotros mismos o de nuestro pasado familiar que no habíamos percibido conscientemente.
Esta dinámica se basa en una falsa asociación del amor, basada en lo que aprendimos en nuestra infancia. Así nos encontramos con personas que nos dan una imagen familiar, incluso si no nos damos cuenta de ello inmediatamente. Este reconocimiento inconsciente puede crear una ilusión de amor.
Un camino de evolución
Las relaciones con un gemelo kármico son a menudo etapas de trabajo interior y evolución. A veces, las dos almas caminan juntas, curan sus heridas mutuas y evolucionan juntas. Otras veces, una vez realizado el trabajo, se separan, continuando cada uno su propio camino. Esta partida puede ser dolorosa, pero marca el final de un ciclo de sanación.
Es esencial entender que el gemelo kármico no está destinado a permanecer en nuestra vida para siempre. Es un espejo temporal, un holograma que refleja nuestras heridas y necesidades inconscientes. Cuando este proceso de curación se completa, la relación pierde su propósito, revelando que no era amor en el sentido tradicional.
Mi apoyo
En mi trabajo ayudo a sanar estas relaciones inconscientes que pueden ser profundamente perturbadoras. El encuentro con un gemelo kármico a menudo se siente físicamente: tensión en el estómago, estrés, ansiedad... Son tantas las señales que muestran que no se trata de amor, sino de un proceso de curación.
A veces lleva tiempo tomar conciencia de esta realidad, porque la atracción inicial crea una poderosa ilusión. Sin embargo, es superando esta ilusión que logramos un mejor autoconocimiento y desarrollo personal.
¿Y después?
Este primer vistazo a las relaciones kármicas me permitirá pronto hablaros sobre el viaje de las Llamas Gemelas, otro tema fascinante que estaré encantado de discutir con vosotros.
¡Nos vemos pronto!
Angelical
Comments