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De lo femenino herido a las heridas de la Mujer

En este artículo exploraré el origen de las heridas relacionadas con lo femenino herido y sus impactos inconscientes en nuestra vida actual. Estas lesiones van mucho más allá de los traumas que a menudo asociamos con las mujeres, como la violación o el incesto. Encuentran sus raíces en nuestras memorias kármicas y transgeneracionales, influyendo profundamente en nuestra capacidad de vivir plenamente nuestra feminidad.


¿Qué es femenino?

Lo femenino es una polaridad, al igual que lo masculino. Cada una de estas polaridades contiene una parte de la otra: la polaridad femenina incluye una dimensión masculina, y viceversa. Todos llevamos estas polaridades dentro de nosotros, independientemente de nuestro género, pero también se expresan en los roles que desempeñamos en la sociedad.

Tradicionalmente, estos roles a menudo han sido relacionados con el género: ciertas profesiones, comportamientos o actitudes se asociaban con lo femenino, otras con lo masculino. Esta construcción social ha dejado fuertes huellas en nuestro inconsciente colectivo.


¿Pero qué pasa con las heridas femeninas ? ¿Cómo se manifiestan en nuestras vidas?


Las grandes heridas de lo femenino

En nuestras memorias kármicas, lo femenino herido se traduce en experiencias de obstaculización o devaluación de nuestra esencia femenina.

Estas lesiones pueden manifestarse de diversas formas, pero dos de las más comunes son:

  1. La herida de la esterilidad

  2. La herida de la fertilidad


La herida de la esterilidad

Esta lesión va más allá de la incapacidad física de tener hijos. Afecta profundamente la percepción de la propia utilidad como mujer. Durante siglos, una mujer estéril fue vista como inútil, lo que llevó a muchas a asumir otros roles sociales, como servir a sus familias, ingresar a órdenes religiosas o dedicar sus vidas a causas externas.

Hoy en día, esta memoria kármica puede traducirse en una necesidad inconsciente de hacerse indispensable en la sociedad o en el propio entorno. Incluso las mujeres que tienen hijos pueden sentir este dolor en forma de frustraciones: planes que no se realizan o una dificultad para sentirse realizada.


La herida de la fertilidad

Esta lesión es más sutil. No se trata sólo de la capacidad de dar vida, sino también de la capacidad de nutrir y desarrollar proyectos, oportunidades o relaciones.

El karma de la fertilidad puede encerrar a una mujer en el papel de madre, limitando su crecimiento personal. Esto puede traducirse en sentirse útil sólo como madre o sustentador de familia, y no como una mujer realizada en otras áreas. Esta limitación puede generar una falta de creación y creatividad y una profunda frustración y un sentimiento de bloqueo en la vida.


Los roles masculinos impuestos por lo femenino herido

Cuando lo femenino resulta herido, es común que las mujeres asuman inconscientemente roles tradicionalmente masculinos.

Estos roles pueden incluir:

  • Ser propietario de un negocio o líder de un equipo. (la responsabilidad es una energía masculina)

  • Tener que proteger o cuidar constantemente a otros (padres, amigos, compañeros).

  • Encontrarse en roles donde la acción y la responsabilidad prevalecen sobre la creatividad y la sensibilidad.

Estos patrones son a menudo kármicos y surgen de recuerdos en los que tuvimos que sobrevivir adoptando comportamientos masculinos para protegernos o encajar.


Memorias colectivas y escasez de hombres

Otro elemento llamativo de lo femenino herido está vinculado a las memorias históricas: las de las guerras, las migraciones o las pérdidas, donde los hombres estuvieron ausentes o fueron diezmados. Esta escasez de hombres ha dejado una huella en nuestra memoria colectiva.

Hoy en día esto puede manifestarse como un sentimiento de que es difícil encontrar una pareja o encontrar el equilibrio en las relaciones. Este sentimiento a menudo se ve reforzado por patrones kármicos de celibato donde el hombre lucha por encontrar su lugar al lado de la mujer.


¿Cómo sanar lo femenino herido?

Tomar conciencia de estos recuerdos es el primer paso hacia la curación. Al identificar los patrones inconscientes que nos gobiernan, podemos comenzar a transformarlos y recuperar nuestro equilibrio interior.

Esto implica:

  • Explorando tus memorias kármicas : Identificando heridas específicas vinculadas a lo femenino en tus vidas pasadas o en tu historia familiar.

  • Reconciliación con la propia polaridad masculina : encontrar el equilibrio entre acción y recepción, protección y sensibilidad.

  • Reconocimiento de la propia esencia femenina : Recuperar el propio poder creativo, más allá de los roles impuestos por la sociedad o las expectativas externas.


En conclusión, lo femenino herido no es inevitable. Al trabajar en estos recuerdos, podemos desbloquear nuestro potencial, no sólo como mujer u hombre, sino como ser humano completo.

Si este artículo resuena contigo, no dudes en compartir tus experiencias en los comentarios o contactarme para explorar tus propios recuerdos kármicos.


Nos vemos pronto para compartir más sobre este vasto tema.

Encuentre el vídeo asociado aquí


Angelical


Feminidad herida: sanando heridas kármicas y transgeneracionales

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Angélique CHAPUIS - CASERO
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Correo electrónico: angelique@caseor.com
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